Cuidados Cutáneos Post-Inundación: Estrategias de Prevención y Manejo de Infecciones y Dermatitis en Poblaciones Afectadas
1. Introducción
Los fenómenos climáticos extremos, como las Depresiones Aisladas en Niveles Altos (DANA), provocan inundaciones que ponen en riesgo la salud pública. La exposición prolongada a agua contaminada y lodo afecta a personas de todas las edades, especialmente a aquellas en situaciones de vulnerabilidad, como los ancianos, niños y voluntarios de rescate. La piel, primera barrera de defensa del organismo, queda expuesta a bacterias, hongos, virus y productos químicos, generando infecciones y lesiones inflamatorias (1).
2. Exposición del problema
La exposición continua al agua de las inundaciones puede llevar a diversas complicaciones cutáneas, desde infecciones superficiales hasta infecciones profundas como la celulitis. La falta de higiene, el acceso limitado a equipos de protección y el riesgo de heridas expuestas aumentan la probabilidad de infecciones. Además, la humedad constante facilita el desarrollo de dermatitis por contacto, ya sea irritativa o alérgica. A continuación, se presentan los riesgos cutáneos y los factores de riesgo involucrados:
Factores de Riesgo:
- Las personas inmunocomprometidas, ancianos y pacientes con enfermedades crónicas (diabetes o insuficiencia venosa) son más propensos a complicaciones.
- La exposición prolongada al agua contaminada agrava la maceración de la piel, debilitando su estructura y aumentando su vulnerabilidad.
En el contexto de inundaciones, el contacto continuo con agentes contaminantes incrementa la incidencia de infecciones. Los problemas cutáneos se ven agravados por la falta de acceso a recursos médicos inmediatos (3).
3. Clasificación de las Lesiones Cutáneas Post-Inundación
3.1. Infecciones Cutáneas
Las infecciones cutáneas son complicaciones comunes tras la exposición al agua de inundación, particularmente en personas con heridas abiertas. Los principales tipos de infección incluyen:
- Celulitis: Infección bacteriana que afecta las capas profundas de la piel, caracterizada por enrojecimiento, calor, hinchazón y dolor. Las bacterias más comunes son Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes (5). Si no se trata, la celulitis puede diseminarse, resultando en complicaciones graves.
- Erisipela: Una infección bacteriana superficial, asociada a bordes bien definidos y fiebre. La erisipela es común en personas con insuficiencia venosa y linfedema, y puede complicarse sin tratamiento adecuado (6).
- Infecciones Fúngicas: La humedad continua favorece el crecimiento de hongos, especialmente en los pies y pliegues cutáneos, causando picazón, enrojecimiento y descamación. Las infecciones fúngicas recurrentes son difíciles de erradicar sin medidas de higiene adecuadas (7)
3.2. Lesiones Cutáneas Asociadas a la Humedad (LESCAH)
Las lesiones cutáneas asociadas a la humedad (LESCAH) son una condición común en situaciones de exposición prolongada a ambientes húmedos, como las que ocurren tras inundaciones o fenómenos meteorológicos extremos. Estas lesiones aparecen cuando la piel permanece en contacto constante con el agua o el lodo, lo que provoca su debilitamiento y descomposición progresiva [8].
En condiciones normales, la piel actúa como una barrera natural que protege contra agentes externos, incluyendo bacterias y hongos. Sin embargo, la exposición a la humedad provoca un fenómeno conocido como maceración: la piel se reblandece, pierde su estructura protectora y reduce su resistencia natural [9].
Este proceso afecta principalmente las áreas en contacto constante con el agua, como los pliegues cutáneos (por ejemplo, axilas, ingle, detrás de las rodillas) y extremidades sumergidas en agua o en contacto con lodo, como pies y manos. La combinación de humedad y fricción constante en estas zonas las hace especialmente vulnerables a desarrollar lesiones dolorosas y con inflamación [10].
Impacto de la Maceración y las Lesiones Cutáneas
Cuando la piel está macerada, pierde la capa de queratina que normalmente actúa como defensa. Al desaparecer esta barrera, la piel se vuelve mucho más susceptible a los efectos de agentes externos y al ingreso de microorganismos patógenos, como bacterias y hongos [11]. Esta vulnerabilidad es particularmente peligrosa en entornos contaminados como los de inundaciones, donde el agua contiene microorganismos y partículas que penetran en la piel macerada, incrementando el riesgo de infecciones secundarias. Las infecciones derivadas pueden causar dolor, enrojecimiento, aumento de la temperatura local, supuración e incluso fiebre en casos más graves [12].
Zonas de Riesgo: Pies, Manos y Pliegues Cutáneos
Las áreas más afectadas por la maceración en condiciones de humedad extrema incluyen pies, manos y pliegues cutáneos. Cada una de estas zonas presenta desafíos específicos:
- Pies: La exposición prolongada al agua o al lodo hace que los pies sean particularmente vulnerables. Condiciones como el pie de trinchera, una lesión cutánea grave causada por la maceración extrema, son comunes en estas circunstancias y pueden derivar en infecciones graves si no se trata de manera adecuada [13].
- Manos: Las manos, al estar en contacto constante con agua o al manipular objetos mojados y contaminados, desarrollan maceración fácilmente, especialmente sin protección adecuada, como guantes impermeables. La piel de las manos macerada se vuelve dolorosa y sensible, lo que puede dificultar el manejo de herramientas durante la limpieza [14].
- Pliegues cutáneos: Las áreas de pliegues, como las axilas, la ingle, los pliegues de los codos y las rodillas, son muy sensibles a la humedad y la fricción. La combinación de humedad y fricción aumenta el riesgo de lesiones cutáneas que pueden abrirse y permitir la entrada de patógenos, dando lugar a infecciones secundarias. Estas infecciones pueden causar dolor y complican el proceso de cicatrización [15].
Prevención y Tratamiento
La prevención de las LESCAH y sus complicaciones comienza con el uso de medidas de protección adecuadas. La limpieza y secado frecuente de la piel son la primera línea de defensa, junto con el uso de ropa impermeable y guantes protectores para las manos. Los pies deben protegerse con botas de goma, y es recomendable cambiar la ropa y el calzado tan pronto como se mojen o ensucien, reduciendo así la exposición prolongada a la humedad [16].
Además, el uso de cremas barrera o emolientes a base de óxido de zinc ayuda a crear una capa protectora sobre la piel, especialmente en los pliegues cutáneos, impidiendo la penetración de la humedad [17]. En caso de que las lesiones ya se hayan desarrollado, es fundamental mantener la zona seca y aplicar apósitos estériles que permitan la ventilación para promover la cicatrización y prevenir infecciones secundarias [18].
3.3. Dermatitis de Contacto
Las dermatitis de contacto incluyen:
- Irritativa: Resultado del contacto con agentes irritantes en el agua, como productos químicos y microorganismos. Los síntomas incluyen enrojecimiento, quemazón y picazón (19).
- Alérgica: Reacción a alérgenos específicos, como detergentes o ciertos productos químicos, caracterizada por erupciones y ampollas. La dermatitis alérgica puede requerir intervención médica y tratamiento tópico para prevenir complicaciones (20).
4. Tratamiento de las Lesiones Cutáneas
4.1. Medidas de Higiene
La higiene es fundamental para prevenir infecciones en las heridas. El lavado de las áreas expuestas con agua potable y jabón neutro elimina contaminantes y microorganismos. Es importante secar bien la piel antes de aplicar apósitos estériles (21).
- Desinfección de heridas: En heridas abiertas, el uso de antisépticos tópicos (como clorhexidina) ayuda a prevenir infecciones bacterianas. Los apósitos estériles deben cambiarse cada 24-48 horas para mantener la limpieza (22).
4.2. Uso de Equipo Protector
El equipo protector, como guantes impermeables, botas y ropa protectora, reduce el riesgo de contacto con agua contaminada. Cambiar el equipo húmedo minimiza la exposición prolongada.
- Guantes y botas: Previenen el contacto directo con agentes contaminantes, reduciendo el riesgo de infecciones en las manos y pies. Los voluntarios deben disponer de guantes y botas de repuesto para evitar acumulación de humedad.
- Barreras protectoras: La aplicación de cremas a base de óxido de zinc forma una capa protectora en áreas sensibles, especialmente en pliegues y áreas de fricción (23).
4.3. Tratamiento Antibiótico y Antifúngico
El tratamiento antimicrobiano debe ser administrado bajo supervisión médica.
- Antibióticos: Las infecciones bacterianas como la celulitis requieren antibióticos sistémicos, como cefalexina o dicloxacilina, y en casos graves, antibióticos intravenosos (24).
- Antifúngicos: Las infecciones fúngicas persistentes requieren agentes antimicóticos tópicos (clotrimazol) y sistémicos (fluconazol), con un tratamiento de 2 a 4 semanas (25).
4.4. Tratamiento de la Dermatitis
Para la dermatitis de contacto, se recomienda:
- Cremas emolientes y barreras: Mantienen la hidratación de la piel y restauran la barrera cutánea. Las cremas barrera previenen la exposición a irritantes.
- Corticosteroides tópicos y antihistamínicos: Reducen la inflamación y alivian los síntomas de la dermatitis alérgica (24).
4.5. Evaluación Médica y Vacunación
La evaluación médica permite determinar la necesidad de un plan de tratamiento.
- Vacunación antitetánica: Las heridas contaminadas aumentan el riesgo de tétanos, y quienes superen cinco años desde la última dosis deben recibir un refuerzo (25).
4.6. Apósitos Avanzados
Los apósitos avanzados, como los de hidrocoloide y espuma, protegen la herida, mantienen un ambiente húmedo y previenen la maceración. Estos apósitos favorecen la cicatrización sin adherirse a la piel (25).
4.7. Apoyo Nutricional y Psicológico
La cicatrización de las heridas depende del estado nutricional. Una dieta rica en proteínas, vitaminas A y C y zinc es fundamental para la reparación cutánea. Además, el apoyo emocional ayuda a reducir el impacto psicológico de la experiencia de la inundación (25).
5. Conclusiones
Las inundaciones representan un riesgo elevado para la salud cutánea, y el tratamiento adecuado de las lesiones post-inundación es esencial para prevenir complicaciones. Las infecciones cutáneas y la dermatitis de contacto son problemas frecuentes que requieren atención especializada. Las intervenciones preventivas incluyen el uso de equipo de protección, la higiene y la supervisión médica. La educación en salud y la capacitación de los equipos de respuesta ante desastres son esenciales para una recuperación segura y efectiva.
Referencias
- CDC. Emerg Infect Dis. 2022.
- Scielo. Lesiones asociadas a humedad. Rev Cuid Integr. 2021.
- J Wound Care. 2021;30(3):112–18.
- Am J Clin Dermatol. 2023;24(2):167–74.
- Rev Esp Cuid Integr. 2020;11(4):298-307.
- Mayo Clin Proc. 2022;97(4):879–89.
- WHO. Tetanus Prevention Guidelines. 2021.
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- Elsevier. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2020.
- Emerg Med Clin North Am. 2021;39(2):365–82.
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- WHO. Guidelines on Preventive Care. 2021.
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- Curr Derm Rep. 2023;12(1):17–23.
- Infect Dis Clin North Am. 2023;37(1):83–94.
Redactado por: Maribel Pastor Orduña